Continuidad en las políticas de infraestructura
Carlos Cruz secretario ejecutivo Consejo de Políticas de Infraestructura
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Carlos Cruz
La importancia que ha adquirido la infraestructura en el total de inversión del país es cada vez más relevante. De acuerdo a la Corporación de Bienes de Capital (CBC), esta actividad supera a la minería en expectativas de inversión para los próximos años con una cartera potencial de compromisos de US$ 11.350 millones en proyectos de más de US$ 5 millones de envergadura. Si bien aún estamos lejos de alcanzar la meta de inversión del 3,5% del PIB en esta actividad que nos propuso la presidenta Michelle Bachelet en mayo de 2014, poco a poco se avanza en la dirección deseada.
En este sentido, el esfuerzo hecho por el Ministerio de Obras Públicas (MOP) por profundizar el sistema de concesiones, comienza a dar sus frutos. Más allá de las declaraciones del ministro y de la buena acogida que éstas han tenido por parte de los representantes del sector, la información sobre la evolución de inversión física proyectada en esta industria es una buena señal. En efecto, en su informe de diciembre del año 2017 la CBC señala que los compromisos de inversión para los próximos 5 años a través de este mecanismo alcanzan a un cifra superior a los
US$ 4.400 millones, representando un cambio importante de tendencia. Incluso más, es posible que en los próximos informes de la CBC se puedan apreciar mayores avances, en la medida que los proyectos en fase de licitación y adjudicación comiencen a definir con mayor certeza su cronograma de ejecución.
No cabe duda que estas son muy buenas noticias que contribuyen a alimentar expectativas muy favorables acerca de la evolución de la inversión durante el próximo período de gobierno. Junto con un cambio importante en las “expectativas”, el compromiso de avanzar en promover inversiones a partir de una mayor actividad de las agencias destinadas a este propósito por el gobierno que termina ha tenido resultados positivos.
Un factor fundamental para hacer esto posible ha sido la continuidad de las políticas y de quienes han encabezado la gestión del MOP, a pesar de las dificultadas que en un principio hubo en relación a la forma de enfrentar el desafío de la inversión hospitalaria.
De hecho, a diferencia de la administración anterior del presidente Sebastián Piñera, en la que el MOP tuvo tres responsables a cargo, varios Directores Generales de Obras Públicas y un mayor número aún de Coordinadores Generales de Concesiones, la actual administración contó con la permanencia durante 4 años de sus máximas autoridades y con dos Coordinadores de Concesiones en todo el período.
Eso se ha notado en la perseverancia que ha habido en relación a diseñar una cartera de proyectos que, aunque no haya sido posible materializarla plenamente en inversiones efectivas, ha quedado como legado para la nueva administración.
De igual forma, haber dotado al sistema de concesiones de una institución de carácter formal y permanente, como será la Dirección General de Concesiones, es una buena señal en cuanto a la seriedad con la que se pretende seguir desarrollando esta industria con una mirada de largo plazo. En esa misma dirección se inserta la ley del Fondo de Infraestructura, instrumento perfectible que permite dotar al sector público de recursos para promover la industria de las concesiones.
En una actividad que se caracteriza fundamentalmente por trabajar con horizontes de planeación a largo plazo, como es la inversión en infraestructura pública a través de la modalidad de concesiones, la continuidad de las políticas es fundamental para asegurar su éxito.
Es de esperar que este aprendizaje sirva para consolidar en forma definitiva esta modalidad de cooperación entre el sector público y el sector privado con el objeto de potenciar su contribución al desarrollo del país. Sólo a través de un mecanismo de estas características estaremos en condiciones de alcanzar las metas que nos hemos propuesto, sin comprometer el presupuesto de la nación más allá de un cierto límite.